En un Mundial eclipsado por Leo Messi y Kylian Mbappé, Marruecos se asoma como la historia a recordar por siempre de este Catar 2022. Con ciertos paralelismos a la Grecia que se coronó campeona de Europa en 2004, los Leones de Atlas se han quedado a 180 minutos de igualar dicha gesta en el torneo más importante a nivel de selecciones.
Pero da igual, el libro de los récords ha sido desempolvado tras un tiempo cogiendo ácaros. Marruecos consiguió la gesta que parecía imposible, lejana y maldita. Y tras algunos capítulos trágicos con Camerún, Senegal y especialmente Ghana, el continente africano se planteó la posibilidad de poder ser campeón por primera vez en su historia gracias a que una de sus naciones ha tocado por primera vez las semifinales.
Ojo, la gesta, o mejor dicho, la fiesta no ha acabado. Hoy a las 16:00, Marruecos quiere coronarse con el bronce ante la vigente subcampeona del mundo, como es Croacia. Un nuevo reencuentro tras el partido de la primera fase. Pase lo que pase, ¿Por qué será recordada está Marruecos?
Las virtudes del león
Como en un coliseo romano, Marruecos ha sido jaleada durante 7 partidos por una afición que ha demostrado ser la mejor de este Mundial de largo. El rojo y el verde ha sido el color de unas gradas que han creído en un equipo hasta el final, independientemente de al rival que se enfrentaban. Allí en Catar, se han llegado a juntar egipcios, yemeníes, jordanos o iraquíes para apoyar a la ‘sorpresa’ de la competición.
En el césped no sé, pero en la grada Marruecos le puede ganar el Mundial hasta a Argentina.
Vaya locura de afición. Los periodistas, también entregadísimos.
El fútbol es maravilloso.
— Mario Cortegana (@MarioCortegana) December 10, 2022
Después de tener a unos fans inconmensurables, el otro factor ha sido la confianza en la idea de juego. Muchos han acusado a Marruecos de ser una selección defensiva, una falacia de proporciones inmensas. Lógicamente, ha sido de largo la mejor selección en esta faceta, pero además de esto, también han sido de los pocos combinados que cuando han atacado, lo han realizado a la perfección, especialmente, a la hora de contragolpear. Toda jugada ofensiva fue finalizada.
No hay ningún partido que se haya empleado la misma forma a la hora de jugarlo. Eso sí, cada rival ha sufrido la impotencia de no poder desarrollar su fútbol. Croacia se tuvo que conformar con el 0-0. Bélgica demostró sus carencias a balón parado, Canadá sufrió la pegada, España y Portugal no supieron que hacer con la posesión y Francia, la verduga, tuvo tramos de sufrimiento considerables.
Walid Regragui, de cromo a icono
No hay plan sin un líder. De tenerlo en nuestra infancia en cromo cuando jugaba en el Racing Santander a ser el entrenador revelación de este 2022. Ya no por el hito que ha conseguido, más bien porque cogió la riendas de la selección hace cuatro meses. Según ha ido avanzando el torneo, el carisma del entrenador ha crecido a niveles agigantados, llevándose el protagonismo debido a sus mensajes y sus celebraciones tras los partidos.
🧵 ABRO HILO
¿Quién es Walid Regragui? El entrenador de Marruecos que está haciendo historia en #Qatar2022 🇲🇦
Vamos a conocer algunos detalles de su vida y su historia como profesional. ¡Seguí leyendo!
𝘾𝙤𝙣 𝙪𝙣 𝙍𝙏 🔃 𝙤 𝙛𝙖𝙫 ❤️ 𝙢𝙚 𝙖𝙮𝙪𝙙𝙖𝙣 𝙢𝙪𝙘𝙝í𝙨𝙞𝙢𝙤! pic.twitter.com/VZdrYecfoH
— Daiana ⚽ (@_daianamorales) December 11, 2022
En la última rueda de prensa, se ve la ambición de un Walid Regragui que aún afirma que estaba convencido de que podían alzarse con el trofeo. Y sus palabras marcan el contexto de su éxito: «En este Mundial es nuestro séptimo partido, mientras que en los últimos 20 años habíamos jugado seis». Y para redondear todo esto, ha convencido a un grupo que estaba roto con Vahid Halilhodzic y que a su vez, pudo recuperar estrellas a su mejor nivel como Hakim Ziyech.
Nimchas afiladas
Como aquel sable de una sola mano, Marruecos ha tenido una plantilla de nimchas que han batallado de forma excepcional sobre el terreno de juego. Llegaron con los Hakimi, Bono o En- Nesyri como los más conocidos y ahora nos enamoran otros como Azzedine Ounahi, Sofyan Amrabat o un Sofiane Boufal en modo supremo.
Con una verticalidad infernal por los costados, un Amrabat dando el equilibrio entre defensa-ataque y un trabajo colosal como equipo, está Marruecos será recordada de una forma bastante nostálgica con el paso de los años.
Dentro de veinte años pensaremos en el Mundial de 2022 y nos emocionaremos recordando a Ounahi, a Amrabat, a Ziyech y al descaro de aquellos chicos de rojo, igual que hoy nos pasa con la Turquía de 2002 o con la Bulgaria de 1994.
Marruecos ya es para siempre. pic.twitter.com/3eVCnvTuE2
— Àlex López Vendrell (@alopezvendrell) December 14, 2022
Pero lo más impactante es como este conjunto ha sobrevivido a los imprevistos. El mérito se agranda cuando la mitad de los titulares han jugado lesionados muchos partidos. Romain Säiss, Nayef Aguerd, Noussaor Mazraoui, Bono o Ziyech han ofrecido su mejor rendimiento estando al límite del físico. En la fuerza de este bloque, reside el papel de los suplentes. Jawad El Yamiq, Achraf Dari, Yahia Attat-Allah o Abdelhamid Sabiri, se han doctorado con creces cuando aparecían las urgencias.
¿Cuál es el techo de Marruecos?
Si bien es cierto que Marruecos tiene jugadores de primer nivel, la importancia del colectivo es la que ha permitido su éxito. En un fútbol africano que parecía dominado por Argelia, Egipto o Senegal, la irrupción de los Leones de Atlas hacen que puedan encarar con optimismo la Copa de África 2024 y el Mundial 2026. ¿El reto? No caer en la irregularidad de las selecciones africanas, que son especialistas en ganar o clasificarse para un torneo y no participar en el otro.
En definitiva, Marruecos no sólo ha conseguido hacer historia para África ni tampoco ser el recuerdo de esta cita mundialista para muchos. Regragui y sus hombres han puesto en jaque a los dominadores de la última década. Además, su estilo de fútbol ha provocado que el Tiki-Taka quede más cuestionado que nunca. En el vídeo de la predicción del Mundial, El Otro Balón dijo: «Ojo con Marruecos». Lástima no haber confiado más en ellos. Eternamente agradecidos por ver un nuevo capítulo histórico del fútbol.