Lisandro Martínez toma las riendas en defensa de uno de los conjuntos más importantes del continente europeo. Los 22 años de edad no suponen un problema importante para la adaptación del deportista al estilo que difieren los equipos europeos de Sudamérica. Un estilo de jugador que ejemplifica el camino idóneo para crecer como futbolista profesional y la muestra de que a una edad temprana, los clubes más prestigiosos puedan identificar con claridad a las futuras estrellas mundiales.