Muy pocos futbolistas muestran la valentía de ocupar el puesto de portero. Por ello, David Soria atravesó muchas dificultades por conseguir un puesto bajo los palos de los equipos profesionales. Tradicionalmente, el legado de un portero centra su atención en actuaciones decisivas, con el objetivo de que el equipo continúe evolucionando dentro de las competiciones domésticas. La responsabilidad de los once jugadores comienza bajo los palos, sin embargo, la presión nunca supuso un problema para el guardameta madrileño.
Una promesa de futuro incierto
David Soria inició el trayecto hacia el fútbol profesional de la mano del Real Madrid en categoría base. Compitió con el conjunto blanco hasta los cadetes, en los cuales Soria no protagonizó minutos suficientes. El Atlético de Madrid incorporó en sus filas al joven portero de la capital española. No obstante, el Real Madrid repescó a Soria al año siguiente para el equipo juvenil y posteriormente para el equipo C ubicado en tercera división.
El listón que legaron muchos porteros españoles se eleva a una altura difícil de alcanzar para las jóvenes promesas. Solamente el trabajo, la paciencia y el tiempo permite aumentar el valor de un arquero. El guardameta de la capital emigró a las islas británicas para probar suerte en el fútbol inglés de primer nivel. En 2012 el Leicester mostró interés para continuar con la formación de un David Soria recién llegado de los juveniles del Real Madrid. Sin embargo, la operación con el madrileño fracasó a raíz de una lesión. La mala fortuna de no encontrar estabilidad evolucionó en forma de círculo vicioso. Nuevamente, probó suerte en el Birminghan, pero poco tiempo después decidió cambiar de destino debido a problemas económicos entre Soria y el club inglés. La última parada previa a regresar a España se ubica en el Stoke City.
«Soy un jugador que quiere jugar y, si no, aportar lo máximo al equipo» David Soria
Sevilla, el último tren hacia la profesionalidad
La mala fortuna de no encontrar equipo estable continuaba en su ciudad natal. Entrenó para mantener su forma física al día en el C.D. Canillas. Mientras tanto, el Real Betis avanzó hasta la última fase para cerrar el fichaje de David Soria con el filial verdiblanco. Sin embargo, el descenso deportivo a tercera división del segundo equipo de Heliópolis frenaría la incorporación de David Soria. Posteriormente, el portero madrileño contactó con el Sporting de Gijón para probar suerte y conseguir un puesto en sus filas. Finalmente, el Sevilla aprovechó la falta de interés de los asturianos e incluyeron a Soria para el equipo C en 2013.
Unos meses más tarde, adquiere la titularidad con el Sevilla Atlético en segunda división B. Las dos temporadas al frente del segundo equipo del Nervión atravesaron momentos duros por conseguir la permanencia en la división de bronce del fútbol español. Pese al escaso número de victorias y la situación de emergencia que atravesó el filial a nivel deportivo, David Soria firmaba el total de 54 partidos con 42 goles encajados y 25 encuentros dejando la portería a cero.
Los números y el rendimiento mostrado en el Sevilla Atlético sirvieron como billetes hacia el primer equipo. En 2015 y con la lesión de Beto, debuta oficialmente bajo los palos del equipo dirigido por Unai Emery ante el Logroñés. El punto de partida hacia la profesionalidad se inició en las Gaunas. Tanto en la competición copera como la Europa League, Soria consagra su talento para conducir al Sevilla hacia los títulos soñados por los del Nervión. En la fase del K.O protagonizó la eliminación del Athletic Club de Bilbao en la tanda de penaltis. El 18 de mayo de 2016, el sueño del Liverpool se convierte en una pesadilla difícil durante la final de la Europa League. Los aficionados del St Jakobs Park de Basilea testificaron la madurez futbolística de Soria y sobre todo, la conquista del trofeo europeo por los sevillistas.
Un portero de futuro para España que, a pesar de las lesiones durante la campaña 16/17, la discreción como futbolista de la Liga Santander, y un debut en Liga de Campeones ante una potencia europea como el Bayern de Munich en cuartos de final, no deja de sorprender al espectador con su casillero particular. Durante su estancia en Sevilla, firma 36 partidos en total con 38 goles encajados y 17 encuentros con portería a cero.
La madurez definitiva en el Getafe
En verano de 2018, el conjunto azulón anunció la incorporación de David por cuatro temporadas. José Bordalás le confió la titularidad de la portería del Coliseum Alfonso Pérez. Su etapa como jugador azulón acabó con buen sabor de boca. Soria pronto se había ganado la confianza del técnico, jugadores y aficionados de ser el portero titular indiscutible del sur de Madrid. Durante la campaña 2018/2019, la portería del Getafe sentó las bases del un muro infranqueable para los equipos que visitaban el pueblo madrileño de la Liga Santander, incluidos Real Madrid y F.C. Barcelona.
En consecuencia, los azulones pelearon hasta la última jornada por mantener su plaza en la Liga de Campeones a costa del Valencia y Sevilla. Sin embargo, la campaña finalizó con un sabor agridulce. Certificaron el quinto puesto a tres puntos de la máxima competición europea y obtuvieron el privilegio de competir en Europa League. Actualmente, el Getafe ha avanzado hasta la ronda de octavos de final tras superar al Ajax de Ámsterdam y lucha junto con la Real Sociedad por ocupar la cuarta posición de la Liga. David Soria firma un casillero sorprendente de 67 partidos, 61 goles encajados y 27 veces con la puerta a cero en dos temporadas como azulón.
¿Cómo juega David Soria? Un muro infranqueable bajo los palos
El portero madrileño basa su juego en agilidad en los desvíos de balón, intervenciones en el uno contra uno cerrando las posibilidades de disparo del delantero rival. Por otro lado, el notable juego de pies permite ofrecer una salida de presión en situaciones de acoso de los atacantes del equipo contrario.
Un arquero con personalidad, liderazgo en el momento de defender las acciones tanto a balón parado como en movimiento. David Soria crece a pasos agigantados, en los cuales transforma las infravaloraciones de su adolescencia en una llave para defender los tres palos de la selección española.