Hellas Verona, del ostracismo al Scudetto

Hellas Verona, del ostracismo al Scudetto

Algunas veces el fútbol tiene historias llenas de sentimiento, épica y asombro. Equipos llamados a tener un papel residual en el devenir de una competición saltan las alarmas y ponen su nombre a disposición de todo el aficionado medio del fútbol mundial. Una de esas  historias es la del Hellas Verona de la temporada 1984-1985.

 

«Los otros» en época de gigantes

El italiano es un fútbol conocido por ser áspero, defensivo y sobretodo, duro. Muchos equipos han aprovechado estos factores para proclamarse campeones del continente de la misma forma que la selección italiana se ha proclamado campeona del mundo promulgando ese estilo por bandera.

Para un equipo de la talla del Hellas, ganar el campeonato de esa temporada no fue cosa menor. Ese mismo año un tal Diego Armando Maradona llegaba a pies del Vesubio para firmar por el Nápoles mientras que la Juventus formaba una dupla letal como eran Platini y Boniek. Además de ello, en la misma Serie A movían el balón jugadores como Rummenigge (Inter) o Zico (Udinese).

En la década de los años 80 el fútbol italiano sufrió un boom cualitativo, anunciando la llegada de grandes estrellas para que hicieran rodar el balón por los campos del país transalpino. Para un equipo como el Hellas Verona la permanencia era el objetivo primordial. El conjunto Gialloblù realizó una planificación basada en la compra de jugadores descartados por los grandes equipos del país. Jugadores como Garella, Galderisi o Tricella.

Esa temporada fue la última donde los escándalos arbitrales todavía no eran conocidos. Casos como el Calciopoli siempre han puesto muy en jaque al colectivo arbitral del país italiano. El Hellas Verona se hizo fuerte en el Marco Antonio Bentegodi donde solo perdió un encuentro (frente al Torino). Lo que no mucha gente sabe es que el primer partido de Maradona en Italia fue sobre el césped veronés. Pero no sería un paseo para el genio. El Hellas Verona se impuso por 3-1  al Napolés rompiendo todos los pronósticos y avisando de lo que esperaría a los equipos el resto de la temporada.

 

El sueño se cumple: Hellas Verona, campeón de Serie A

Su entrenador, Bagnoli, era una persona mística. Silencioso, su trabajo habla por sí mismo. Siempre había tenido un perfil de jugador. Jugador patrio de tercera o segunda línea. Pero si hay una decisión clave en cuanto a jugadores se trata es el fichaje de Hans-Peter Briegel y de Preben Elkjaer Larsen. Se viera como se viera, el juego del Hellas podría ser denominado “catenaccio”, pero Bagnoli lo modernizó. Fortaleza, gran juego defensivo, resistencia y fuerza física se unieron a las ideas del técnico, que fue un paso más adelante para modernizar a su equipo.

Con un increíble 3-4-1-2, carriles desplegados de vocación ofensiva, un líbero, como era Tricella, que conducía la pelota como los ángeles y un delantero, Larsen, que parecía desatado. Pese a su poca efectividad goleadora el danés lo era todo. Disparo potentísimo, peleador, poderoso juego de espaldas y regate sencillo.

Aquel equipo creado para no pasar apuros en con respecto a la salvación, se encontró de un día para otro con la posibilidad de ser campeón de Italia. El Marcantonio Bentegodi, repleto en todos y cada uno de los partidos, vibraba como nunca con los partidos de su Hellas Verona.

Los veroneses aprovecharon que la Roma estaba en una época de transición mientras que la todopoderosa Juventus de Turín estaba más centrada en el campeonato europeo. Un año atípico, que siempre será recordado como una de las mayores gestas de la historia del fútbol italiano. El equipo acabó proclamándose campeón a 2 jornadas del final.

La celebración en la ciudad se prolongó durante días. Para ellos, era algo histórico. Hacían bien en celebrar tanto, pues no se volvería a repetir. El Chievo, segundo equipo de la ciudad, influenciado por el dinero de los Panettone, le superó, algo que jamás pudo asimilar el Hellas.

 

 

Para muchos, la victoria de “los otros” no pilló por sorpresa. La Juventus siempre ha tenido esa fama de “amigos de los colegiados” y en Italia le gente estuvo convencida de que el cambio del estamento arbitral y el no campeonato de la Juventus no era casualidad.

Siguiendo con su tónica de juego, la Hellas sorprendió a propios y extraños. Como premio a su gran temporada anterior, los “gialloblú” se ganaron el derecho a jugar la temporada 1985-1986 en la UEFA Champions League. Superarían la primera ronda de dicha competición, superando a el PAOK de Salónica, pero quedaron eliminados precisamente frente a la Juventus de Turín a doble partido.

 

¿Qué ha pasado desde aquel equipo legendario?

Nada es igual en Verona. El Hellas ha pasado de ser campeón a tener graves problemas económicos. Pasó sin pena de gloria por Serie A, B y C pese a que en sus filas jugaban cracks como Mutu, Camoranesi o Gilardino.

En la actualidad compiten en Serie A, donde son novenos clasificados. El fútbol ha cambiado mucho, pero su estilo sigue siendo el mismo. Nunca se rinden y nunca lo han hecho, pero el Marco Antonio Bentegodi tiene ganas de volver a disfrutar de un Scudetto.

 

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