Luxemburgo, un país que hasta la fecha no ha disputado ninguna Eurocopa o Mundial, ocupa actualmente la 94ª posición del ranking FIFA. No obstante, su selección parece progresar año tras año; recientemente ha cosechado alguna que otra hazaña, como vencer a Irlanda en Dublín, o sumar victorias inesperadas en la UEFA Nations League ante rivales como Montenegro. Además, consiguió un meritorio empate a cero que logró en Toulouse en la clasificación para la Copa del Mundo de Rusia 2018 ante una Francia que, a la postre, sería campeona del mundo.
Pero lo fascinante de los Leones Rojos está en su plantel. Cuentan con tres »personajes» que llevan años ocupando las portadas de la prensa deportiva por temas de lo más rocambolescos: los hermanos Thill, sondeados a lo largo de su carrera por los grandes de Europa y a su vez, extraños para el gran público.
¿Cuál es el origen de los hermanos Thill?
La relación de amor de los hermanos Thill con el fútbol es gracias a sus padres. Serge y Nathalie fueron futbolistas en sus tiempos y desde el primer momento, influyeron en las venas de sus hijos la pasión por el deporte rey. Todos nacidos en Ciudad de Luxemburgo, empezaron sus carreras en los equipos locales de F.C. Rodingen 91, F.C. Progrés Niederkorn y el F.C Pétange. Como si fuera de una trilogía, habrá que presentar a los protagonistas de este tridente. Por ello, el primero de ellos será el más mayor, Sébastien Thill.
Sébastien Thill, de prisión a ser el Sheriff de Tiraspol
Tras una carrera llena de bajones y subidas, Sébastien Thill (27 años) logró uno de sus sueños futbolísticos el pasado 28 de septiembre: enmudecer al Santiago Bernabéu con un histórico zapatazo que desató la euforia y puso patas arriba el Grupo D de la UCL. Un tanto que amargó la vuelta del Real Madrid a su templo en su competición fetiche y que le otorgó al Sheriff el liderato. Por si fuera poco, quince días después, Thill sería capaz de anotar en otro estadio histórico de Europa, el Giuseppe Meazza. Eso sí, esta vez el Inter de Milán no se dejó influir por el empate y acabó ganando al al conjunto moldavo por 3-1.
«Cuando me pasó el incidente con el alcohol, decidí hacerme el tatuaje del trofeo de la Champions League en mi pierna izquierda con el objetivo de debutar un día en la mejor competición del mundo”.
Estas son las historias que me gustan. El luxemburgués 🇱🇺 Vincent Thill siempre soñó con jugar la Champions y hasta lo dejó explicito en un tatuaje.
Ayer el sueño se le cumplió con creces al darle la victoria al Sheriff Tiraspol en su visita al Real Madrid. pic.twitter.com/DG1iFLGCJL
— Juan Manuel D'Angelo (@DangeloFut) September 29, 2021
Sin embargo, Sébastien Thill no siempre ha sido un »chico bueno». En 2017, fue detenido por conducir bajo los efectos del alcohol. El futbolista del Sheriff salió a celebrar la victoria del derbi entre el Progres Niederkorn y el Differdange, y la cosa se le fue de las manos. El luxemburgués reventó el alcoholímetro (2,47 gramos de alcohol en sangre) y, para colmo, salió huyendo. ¿El resultado? Una noche en el calabozo, una ejemplar multa y la retirada del carnet de conducir durante 43 meses.
Olivier Thill, el hermano menos mainstream
El hermano mediano; ese que siempre pasa desapercibido y más si este juega de mediocentro. A lo largo de su carrera, este ha alternado la liga rusa y la ucraniana. En su estancia en el F.C Ufa, jugó contra su hermano Sébastien (Tambov). Ahora se encuentra en el Vorskla, donde está evolucionando posicionalmente, llegando a emplearse como delantero centro en alguna ocasión. De hecho, lleva 5 goles y 4 asistencias en 11 partidos.
Como curiosidad, cabe destacar que comparte vestuario con el menor de los hermanos, Vincent Thill, el más prometedor y el más complicado de los tres hermanos. Pese al apoyo de Olivier, la carrera de Vincent parece estar atravesando un periodo de fuertes turbulencias.
Vincent Thill, de rechazar al Bayern a la nada
La joya de la familia. Eso es lo que pensaban muchos cuando Vincent Thill fue el primer jugador más joven nacido en el 2000 en debutar en una de las cincos grandes ligas europeas. Lo hizo en el Metz, equipo francés en el que también jugó al que se considera el mejor jugador de la historia de Luxemburgo, el ex defensor Jeff Strasser.
Su debut fue a los 16 años en 2016 y se esperaba mucho de él. Primero, porque el Metz es una de las mejores canteras de Francia, que ha sacado talentos a punta de pala como Robert Pirés, Miralem Pjanic, Louis Saha o Franck Ribéry. Segundo, porque es un futbolista que tenía dos ídolos que imitaba las 24 horas del día, como son Pjanic (cuando el bosnio jugaba más adelantado) y Lionel Messi.
«Es un placer verle jugar. Solo se le puede parar haciéndole falta», Luc Holtz (seleccionador de Luxemburgo).
Vincent Thill Sabe reaccionar a los cambios pic.twitter.com/hXCy7jd5KV
— 22 en la Espalda 👑 (@wallsmc2014) July 12, 2018