Athletic Club, la Gabarra volvió a la ría

Athletic Club, la Gabarra volvió a la ría

El 11 de abril Bilbao vivió un día muy especial. La Gabarra surcó la ría 40 años después para celebrar la Copa del Rey conseguida por los pupilos de Ernesto Valverde. Tras 120 minutos de sufrimiento y el corazón de la afición en un puño mientras Álex Berenguer lanzaba el penalti, este título significa un grito de liberación para toda esa gente que deseaba vivir a un Athletic campeón.

Ha sido una semana muy especial en la capital vizcaína, marcada por la noche de la final en el momento que Iker Muniain y Óscar de Marcos alzaron la copa al cielo de La Cartuja. Después, seguida de la plantilla festejando con la gente por las calles de Bilbao con toda la naturalidad del mundo y por último, con la salida de la Gabarra para acabar con el recuerdo de aquellas finales perdidas. En definitiva, una semana que perdurará en la eternidad y en el corazón de toda la marea zurigorri.

Día de emociones en Bilbao

Los alrededores de la ría se abarrotaron desde primeras horas de la mañana, con una ciudad entregada a sus campeones a pesar de que quedaran horas para ver a la Gabarra navegar por una ría que no sentía al simbólico barco surcar sobre sus aguas desde hace 40 años. La gente estuvo a la altura y celebró la consecución de la Copa del Rey tal y como se esperaba, tiñendo de zurigorri las inmediaciones del recorrido. Sin duda, una semana que quedará en la memoria de todo athleticzale, dejando recuerdos grabados en la retina para la eternidad.

La ciudad soñaba con volver a ver a los leones surcar la ría 40 años después, y el 11 de abril fue un día muy especial para todo aquel que pisó Bilbao. Vivir aquel momento era ser protagonista de la historia que tantas veces nos habían contado nuestros familiares, y también era sentir que ahora la responsabilidad de contar esas historias cae sobre nuestra generación.

La capital vizcaína demostró que el fútbol va mucho más allá de 22 futbolistas corriendo detrás de un balón. Este deporte se trata de celebrar con desconocidos y cantar con gente que comparte la misma pasión que tú. Por supuesto, en días como el 11 de abril, también es mirar al cielo y recordar a los que ya no están pero, desde el palco que tienen ahí arriba; siguen animando a su equipo. Íñigo Lekue se encargó de emocionar a toda la plaza del Ayuntamiento con una dedicatoria muy especial a todos aquellos que ya no nos pueden acompañar en cuerpo, pero lo siguen haciendo en el alma.

Este es el famoso Athletic Club

Bilbao y el Athletic viven una relación que va más allá de equipo-ciudad. Uno no entiende Bilbao sin un San Mamés abarrotado, sin la calle de Pozas repleta de camisetas cuando hay partido o sin miles de banderas colgadas de los balcones estas semanas. Al igual que todo eso no se entiende sin Bilbao y su gente. Por eso el cántico escrito por Iker Muniain no tardó en calar en la afición y en el equipo consiguió que tanto ellos como la afición fueran uno en la plaza del Ayuntamiento.

Los medios internacionales también se hicieron eco de lo que ya es una celebración que pasará a la historia. La fascinación que se transmite desde el extranjero a lo acontecido es para que todo aficionado al fútbol vasco se sienta orgulloso del sentimiento que se inculca aquí, independientemente del equipo al que apoyes. Al igual que la Gabarra ha trascendido de generación en generación, el Athletic también lo hará, ya que es parte de la herencia que todo athleticzale transmite a sus descendientes. Como bien dice el lema, haria ez dadila eten.

Esta generación queda para la historia del Athletic Club

Es el año del 125 aniversario y el Athletic lo ha celebrado con el titulo que tanto ansiaba y volviendo a Europa por la puerta grande. Probablemente, sea un año de despedidas, de decir adiós a figuras que han marcado a toda una generación como Óscar de Marcos o Raúl García, y quien sabe si incluso a Iker Muniain. Pero dejando eso a un lado, el nombre de todos los integrantes de la plantilla, desde Unai Simón hasta el último utillero, entra con letras doradas en la historia del Athletic Club.

Ellos serán los protagonistas de las historias que el aficionado le cuente a sus hijos, tal y como le enseñaron desde bien pequeño. Lo vivido desde el 6 al 11 de abril es algo que nadie ni nada puede borrar de la memoria zurigorri, una semana en la que la unión entre plantilla y afición ha dado un paso gigante y ha demostrado que yendo todos a una son imparables. Todo esto bajo la atenta mirada del Txopo Iribar, quien estuvo y ha estado presente desde hace años y conoce perfectamente a todos los integrantes de un equipo ya histórico.

Por último, un recuerdo desde estas líneas a la plantilla del 1984, acompañaron la expedición por la ría en otro barco y se les hizo sentir participes de algo que también es suyo. Como a aquellos y aquellas athleticzales que ya no están, esta Copa del Rey también es vuestra. Que el sentimiento no pare de crecer y de viajar entre generaciones, ¡Aupa Athletic!

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